
¿Quién soy?
Yo soy mujer, soltera, estudiante y autónoma y tengo 32 años.
Querida/o…:
Me alegro de volver a saber de ti y de leer que en el Mar Báltico las cosas han mejorado. Lo cierto es que aquí en Tenerife todo es muchísimo más bonito que hace 30 años. Los años de crisis tras la pandemia fueron bastante duros, como sabes, hubo mucha exclusión social y escollos muy difíciles de superar. La tasa de paro en Canarias alcanzó el 55% y casi la mitad de la población estaba en riesgo de exclusión social.
Afortunadamente, los grandes cambios llegaron justo a tiempo. En mi opinión el más influyente la modificación del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios. ¡Ay, cómo lucharon TUI y FTI y todos aquellos gigantes turísticos contra ello…! Y no les faltaba razón: todos los privilegios de los que gozaban se fueron por el sumidero. Poco a poco, los empresarios locales fueron recuperándose y comenzó la economía que conocemos hoy, basada en una competencia justa. Por supuesto, esto ha tenido consecuencias enormes también fuera del ámbito empresarial: las enormes cadenas hoteleras que sólo ofrecían empleos precarios y no pensaban en absoluto en el medio ambiente, el paisaje o las necesidades de la gente de aquí, son cosa del pasado – no, ni una sola camarera lleva el traje folklórico hoy en día, ¡jaja! ¡Ay dios, qué tiempos tan oscuros aquellos! ¡Qué bajo caímos sin casi darnos cuenta!
Otra novedad interesante es lo que sucedió con toda la infraestructura turística que se abandonó durante la crisis post-pandémica. ¿Te acuerdas? Hoteles, parques acuáticos, restaurantes, edificios enteros de apartamentos… era una auténtica locura ver todo aquello completamente vacío y deteriorándose durante años. Como sabes, la mayoría de ellos fueron comprados “en masse” por el gobierno local y regional en 2025 y poco a poco fueron dado pasos. Tras algunas idas y venidas, se han formado diferentes cooperativas que utilizan estos espacios para cosas muy diversas. En la mayoría de ellas hay simplemente comunidades en las que vive y trabaja todo tipo de gente, pero muchas también se utilizan con fines educativos, e incluso hay algunas comunidades de convivencia multigeneracional, un auténtico paraíso para ancianos y niños – ¡y los padres de estos!
¡Muchos besos! Elena
– Versión original: Alemán –
Los deseos tras el futuro preferible:
1. “Mi esperanza para el turismo del futuro es que…”
el turismo tenga un efecto predominantemente positivo en las regiones receptoras, no sólo desde el punto de vista económico, sino sobre todo cultural y social.
2. “Si pudiera desear cualquier cosa…”
desearía que la población local definiese y articularse sus necesidades de forma participativa, y que una vez formuladas, éstas estuviesen siempre en el centro de las decisiones que regulan el turismo. Me encantaría invertir por completo la actual situación jurídica internacional para que se proteja a las personas y el medio ambiente, y no los intereses de las empresas (como ocurre actualmente a través del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios).
3. “Si tuviera un cargo político con mucho poder…”
1. permitiría sólo ciertos tipos de turismo.
2. cuantificaría los efectos negativos, que en su mayoría se producen a nivel social, cultural y medioambiental, para que los países de los que proceden la mayoría de los turistas reciban algún tipo de factura.
3. prestaría mucha atención a la tasa de fuga de todas las empresas económicas activas en mi región y lucharía contra ella si es necesario.
Otras imágenes del futuro sobre el tema turismo:
